Cae en mis manos un tarro de MERMELADA DE ALBARIÑO por gentileza de la promotora de la iniciativa «LA MARIQUITA DE AZÚCAR«, Yolanda Bóveda. Hoy quisiera hacer un análisis los puntos clave que encuentro en este proyecto, e intentaré hacerlo al margen del componente emocional derivado de ser uno de los proyectos que mentorizamos en su origen a través del proyecto EMPRENDEVGA, lo que nos hace tener una excelente relación personal con su promotora. Vamos a ello.

¿HAY UNA PROPUESTA DE VALOR CLARA Y DEFINIDA?

Rotundamente, sí. Tanto en el proceso de elaboración que se sigue -y que se mantiene en el máximo secreto- como en los sabores que se lanzan al mercado, se trata de un producto claramente diferenciado a cualquier otra mermelada que podamos encontrar en el mercado. Albariño, calabaza y nueces, fresones y hierba buena a la pimienta rosa, melón y jengibre al cava… son algunos de los ejemplos de las variantes que nos presenta LA MARIQUITA DE AZÚCAR.

¿SE TRANSMITE AL CONSUMIDOR? 

Pues… veámoslo con detalle. Desde luego, cuando uno tiene un tarro delante de sí ya percibe que se trata de un producto muy especial. Todo el aspecto visual de los distintos elementos que se usan para presentar el producto nos lleva a posicionarlo en la categoría «gourmet». Es un acierto, sin duda, y además el precio va alineado con la calidad y refuerza la impresión de que estamos ante un producto para un público sibarita o para una ocasión especial.

La variedad de sabores (una de las propuestas de valor) también se percibe claramente en los textos de los envases, tal y como no podría ser de otra manera. Pero encontramos una pega: el exquisito cuidado en el proceso de elaboración merecería ser resaltado de algún modo; nosotros, que conocemos muy de cerca esta iniciativa, sabemos del enorme gasto de fruta que se hace para lograr un simple tarro de producto final, un alto desperdicio que se debe a la premisa de no agregar ningún componente externo que aumente el volumen y preservar así la máxima naturalidad de las mermeladas. Esta elevada relación entre materia prima consumida y producto final elaborado justifica su posicionamiento como producto gourmet, porque será imposible hacer una producción a gran escala para llevarlo por canales de distribución masivos. Ni sería bueno, ni se pretende.

LA PRESENTACIÓN DEL PRODUCTO

Chapeau!!!!! por esta cuestión. Steve Jobs nos inculcó una premisa fundamental para el marketing: las emociones de los consumidores se pueden empezar a despertar desde el mismo momento de la entrega del producto, haciendo que la experiencia de compra se eleve y provocando con ello alimentar el «amor» por la marca. Nos rompió los paradigmas porque veníamos de una tendencia a abaratar los costes de los envases para no encarecer el producto final y que los márgenes del negocio fueran los óptimos; ese planteamiento de ahorro en logística olvidada el componente emocional que provoca una presentación de calidad, exclusiva. Ahora estamos en la fase diferente: cada vez con encontramos con más empresas que apuestan por diferenciar sus productos en el modo de entrega, y en este lugar se ha posicionado muy acertadamente LA MARIQUITA DE AZUCAR. Haber tomado decisiones desde el punto de vista del cliente (¿qué espera recibir y cómo puedo sorprenderle?) y no desde el punto de vista de la empresa (¿cómo hago para entregar el producto del modo más asequible para mí?) es un gran acierto y encaja perfectamente con la estrategia de posicionamiento «deluxe» del producto final, dotando así de coherencia a todo el negocio: precio, calidad, presentación y posicionamiento. Nos gustaría llamar la atención sobre este punto, porque como mentores que somos nos encontramos con que la mayoría de los emprendedores quieren «arañar» cuota de mercado posicionándose en un rango de precio más bajo que los rivales, estrategia que achica los beneficios del negocio y no deja margen a las florituras «emocionales» tan importantes para captar la atención y posicionarse. Carrick Bracelets es otro ejemplo de iniciativa bien planteada estratégicamente, y así les va.

ESTRATEGIA COMERCIAL

Finalmente, cabe destacar que productos de este estilo precisan para su correcto posicionamiento del beneplácito de personas -y otros partners- ubicados en un segmento de población acordes con el caché que se quiere lograr para el producto. La tarea es lenta y no siempre se encuentra a la primera el camino a seguir, pero aboca a un gran resultado porque, de lograrse, su posicionamiento no es fácilmente desplazable por otros rivales; el producto pasa a ser un referente en su nivel gourmet (en este caso) y todos los demás competidores que aparezcan serán percibidos como imitadores, algo que ya les resta prestancia. Nosotros sabemos de ciertas gestiones que se están llevando adelante para alcanzar este posicionamiento y felicitamos también a LA MARIQUITA DE AZÚCAR por la coherencia de la estrategia trazada.

PUNTO Y FINAL

Y como punto final ya sólo me queda ponerme a disfrutar del sabor de la

mermelada, algo que por desgracia no voy a poder compartir con vosotros en tanto alguien no invente el «internet de los olores y sabores» 🙂 Espero que estas reflexiones sean útiles para

todas aquellas otras iniciativas que apuestan por la calidad de sus productos (no sólo de palabra, sino refrendada en hechos consistentes), bien sea en el campo de la alimentación o de cualquier otro sector. Enhorabuena, Yolanda, y muchas gracias por el detallazo !!!!!!!

Un cordial saludo