De cara al año que comienza debemos repasar los errores más frecuentes cometidos en el pasado, no sea que volvamos a tropezar otra vez con las mismas piedras. Vamos a ello:

1.- No pidamos ni aceptemos más dinero del que necesitamos. Si nos pasamos de la raya, tarde o temprano caeremos en las redes de los inversores y serán ellos los que condicionen nuestra estrategia y nuestros objetivos, llevándonos al cortoplacismo. ¿Verdad que todos conocemos casos de empresas que viven asfixiadas por la premura de obtener resultados para poder hacer frente a las deudas contraídas? El ritmo lo marcan los que prestaron el dinero, no el empresario. 

2.- Montar una empresa es algo más que ofrecer un producto o servicio: es venderlo. No olvide desarrollar toda la parte de marketing porque como dijo alguien muy acertadamente: «si no te conocen, no existes».

3.- Aumentemos la cartera de clientes y no estemos tranquilos por tener un gran cliente que ya nos genera los ingresos que necesitamos. El día que ese cliente se vaya (¡¡que se irá!!), no tendremos alternativas para conseguir ingresos. Ellos lo saben y lo aprovecharán en su favor cuando les apetezca, exigiéndonos precios que no nos interesan pero que no podemos negar darles.

4.- Existe vida por fuera de la empresa; no se encierre en su oficina y salga a escuchar y compartir opiniones con otros colegas. En entornos tan dinámicos es vital saber qué es lo que se atisba por el horizonte a fin de poder dar respuesta antes de que sea demasiado tarde. Si usted no es capaz por sí mismo de asimilar toda la información del entorno, salga de la empresa y escuche a los demás, que se la darán «masticada». Los grupos de networking con otros colegas son imprescindibles para poder anticiparse a los acontecimientos. 

Esos son sólo cuatro consejos para el 2013. Con que aplique un par de ellos ya habrá dado un gran paso.

Un cordial saludo

Juan José Romero Crusat